Es probable que nunca hayáis oído hablar del Puy du Fou y si habéis escuchado este nombre no os sorprenderá lo que os contaremos en el post. Es el segundo parque más visitado de Francia después de Eurodisney aunque aún sea un desconocido para los extranjeros. El vídeo del inicio habla por si solo sobre su atractivo (os recomendamos ver los vídeos que tienen en su web, son impresionantes). Nosotros lo conocimos gracias a Oskar, Yoli y su familia caravanera cuando coincidimos en nuestra ruta a Futuroscope, ellos venían del Puy du Fou y sólo con el folleto que nos dejaron, las fotos y los vídeos que traían ya nos convencieron para ir a conocerlo.
La ocasión ha sido este verano, cuando aprovechamos para hacer nuestra ruta más larga. Este año La ruta elegida fue el norte de Francia y sus peculiares parques temáticos, en enlace tenéis la ruta completa. Para el viaje elegimos pleno agosto, aunque en La Vendée, la preciosa región francesa donde está el parque (entre Nantes y La Rochelle) no hace demasiado calor en esta época y permite disfrutar del parque y del entorno a tope. Tras mirar varios campings nos decidimos por La Bretèche, a un paso del Puy du Fou.
También aprovechamos para sacar las entradas a través de interneten la propia web del parque.(el sistema funciona de maravilla y ahorras tiempo en la entrada). Tienen paquetes de un día, dos y tres con y sin alojamiento. Un día es un poco escaso para verlo todo. Nosotros compramos una entrada de 2 días y tuvimos tiempo de sobra. Lo que no conseguimos, a pesar de que sacamos las entradas con casi dos meses de antelación, son entradas para el gran espectáculo de noche Cinescenie, que sólo se puede comprar por adelantado, no en taquilla. Nos tuvimos que conformar con escuchar la música y los fuegos artificiales desde el camping. Otra vez será, porque seguro que merece la pena.
Junto con las entradas reservamos los traductores simultáneos. Si no habláis francés son imprescindibles. Se recogen en la oficina de información dentro del parque y aunque podrían mejorar mucho en la calidad interpretativa del doblaje te permiten seguir muy bien la historia que hay detrás de cada espectáculo. Algunos de los nuevos o los espectáculos menores no tienen traducción y la verdad es que te quedas con ganas de entender mejor. Es el caso de la novedad 2015 Los amantes de Verdún, que no tiene traducción y sales con la sensación de haberte perdido la historia.
El parque está muy bien organizado en la entrada. Todos los días imprimen unos folletos con el mapa y el horario de todos los espectáculos para poderte organizar. Merece la pena dedicar 5 minutos en la entrada a organizar la visita, especialmente si sólo vais a ir un día, porque algunos espectáculos se solapan y es difícil verlos todos seguidos. Contad que hay que estar con tiempo en la puerta de cada uno si quieres elegir un buen sitio (aunque la verdad es que casi de cualquier sitio se ven de maravilla)
Con el mapa en la mano empezamos a adentrarnos por el parque. La historia del Puy du Fou es fantástica y admirable. Todos los espectáculos tienen su base en unas ruinas, una leyenda local o una parte especialmente vibrante de la historia de Francia. Una historia real adornada de los mejores medios técnicos para el espectáculo. Pero además, la historia de la creación y desarrollo de este parque es igualmente admirable. Creado en 1977 se basa en un concepto colaborativo y asociacionista, con una inversión de más de 250 millones de euros en estos años, sin un céntimo de dinero público y autofinanciado al 100%. Además cuenta con una red de escuelas internas que forman a sus futuros trabajadores, técnicos y directivos. Los "puyolais" son miles de voluntarios del entorno, familias enteras que colaboran desinteresadamente en los espectáculos, especialmente Cinescenie, y en el desarrollo del parque. Un ejemplo del que aprender mucho y del que pueden estar muy orgullosos.
El parque se encuentra en un gran bosque de 50 hectáreas. De camino a nuestra primera elección: Los Vikingos, pasamos por cercados con animales de granja, un pueblo del siglo XIX y otro pueblo del año 1000. Además hay otro pueblo medieval y en los 3 pueden verse varios oficios y artesanos tradicionales y, por supuesto, las diferencias de cómo se vivía y qué tipos de casas había en unas épocas y otras. Un cercado de madera perfectamente integrado en el entorno nos separaba del primer espectáculo. Esperamos un poco para entrar (en esto siempre es necesario un poco de paciencia, especialmente con niños ansiosos por vivir aventuras) y nos situamos frente a un poblado medieval junto al río en el que veremos una boda, bailes celebraciones, ataques vikingos y hasta un milagro. Agua, fuego, efectos especiales, caballos, toros y otros muchos animales participan de una historia interesante basada en los ataques vikingos que sufría esta zona francesa cuando los norteños se adentraban por el Loira.
Quizá el más espectacular de los grandes espectáculos del Puy du Fou es el que se desarrolla en el Gran Coliseo Romano. La señal de triunfo es una recreación de los juegos romanos en una época en la que el imperio tocaba a su fin en la Galia. Aderezado con una lucha en las gradas entre galos y romanos (involucrando al público) en el que siempre ganaban los galos, que para eso los franceses son muy suyos. Un desfile romano para abrir boca, centuriones, cristianos, carreras de cuádrigas espectaculares y hasta fieras que intentan comerse a los pobres cristianos. Siempre con final feliz (al menos para los galos). Nos gustó tanto este espectáculo que es uno de los que vimos dos veces. Aquí empezamos a descubrir que hay zonas preferentes para los que tienen un pase Emoción y lo mejor es situarse cerca de esa zona. Suele ser la mejor para ver el espectáculo. En este espectáculo, como en el de los Vikingos eligen gente del público para participar, tranquilos que no es en la parte de las fieras.
Quizá el más espectacular de los grandes espectáculos del Puy du Fou es el que se desarrolla en el Gran Coliseo Romano. La señal de triunfo es una recreación de los juegos romanos en una época en la que el imperio tocaba a su fin en la Galia. Aderezado con una lucha en las gradas entre galos y romanos (involucrando al público) en el que siempre ganaban los galos, que para eso los franceses son muy suyos. Un desfile romano para abrir boca, centuriones, cristianos, carreras de cuádrigas espectaculares y hasta fieras que intentan comerse a los pobres cristianos. Siempre con final feliz (al menos para los galos). Nos gustó tanto este espectáculo que es uno de los que vimos dos veces. Aquí empezamos a descubrir que hay zonas preferentes para los que tienen un pase Emoción y lo mejor es situarse cerca de esa zona. Suele ser la mejor para ver el espectáculo. En este espectáculo, como en el de los Vikingos eligen gente del público para participar, tranquilos que no es en la parte de las fieras.
Otro de los que más nos gustó y repetimos fue El baile de las aves fantasmas. En las ruinas del antiguo castillo del Puy du Fou asistimos al espectáculo más alucinante que hemos visto de aves rapaces. Cientos de aves vuelan entre el público mientras asistimos a una historia fantástica de sueños y leyendas. Incluso disponen de un globo que hace de plataforma de lanzamiento para las rapaces más espectaculares a cientos de metros de altura. Un espectáculo de sorpresas en el que os faltarán ojos para mirar al cielo y a lo que pasa a vuestro alrededor. La segunda vez tuvimos la suerte de verlo desde las propias ruinas y fue espectacular. Al final incluso los halcones se quedaron entre los asientos y pudimos observar a todas las aves muy de cerca. En la parte trasera hay un pequeño zoo de aves rapaces muy bonito para visitarlo con los niños.
El secreto de la lanza compite con el de los romanos en nuestros favoritos. Un castillo medieval como escenario y una pastora que conoce a Juana de Arco y le infunde el valor para defender todo el castillo de los ataques enemigos. Justas a caballo, jinetes acrobáticos y un espectacular juego de escenario que transforma todo el entorno con un despliegue de medios increíble. Nos lo perdimos el primer día pero si hubiéramos sabido cómo era, lo habríamos visto un par de veces seguro.
Avanzando en la historia, llegamos a otra época dorada francesa con Los Mosqueteros de Richelieu. Un escenario de dimensiones gigantescas dentro de un magnífico teatro a cubierto acoge al visitante. La historia y la escenografía parece tener más que ver con España que con Francia, gracias al baile de los caballos andaluces y el flamenco que supone el grueso del espectáculo. Espadachines, mosqueteros, Cyrano de Bergerac, Richelieu y hasta el mismo Rey Sol aparecen en la representación mientras los caballos y las bailarinas se acompasan bailando sobre un escenario inundado formando un conjunto espectacular.
Aunque estos son los espectáculos estrella, en el parque hay muchos más, también interesantes y divertidos: Los caballeros de la mesa redonda, los amantes de Verdún, los órganos de fuego (nocturno), la odisea del Puy du Fou, el camino de la memoria, el renacimiento en el propio castillo del Puy du Fou, las fábulas de La Fontaine... Y otros entretenimientos y lugares de descanso y refresco para los pequeños (y los mayores) chorros de agua, laberintos, jardines, animales... El tiempo corre y el día se hace corto.
El parque tiene numerosos restaurantes de todo tipo y también muchas áreas de picnic para los que prefieren traer la comida de casa. Los alojamientos propios tienen acceso directo al parque y tienen una pinta estupenda porque están tematizados. También cuentan con un área de autocaravanas (6€/noche) y el inmenso parking de acceso es totalmente gratuito (esto último nos sorprendió mucho). Dentro del parque hay un pequeño tren para acceder más rápido a alguna de las zonas o para descansar un poco. Las tiendas también merecen una visita y podéis hacer algunas compras curiosas.
Es un parque para disfrutar con tiempo, sin estresarse, descansando entre los árboles mientras comes algo y viviendo la historia casi en primera persona. Nuestra única pena fue no poder asistir al espectáculo nocturno Cinescenie. El resto nos pareció sencillamente perfecto. Tenemos la sensación de que algún día volveremos, porque ya vimos que preparan nuevos y atractivos espectáculos para el futuro.
Está fue solo la primera parada de una gran ruta por Francia que nos llevó en la siguiente etapa al sur de Bretaña para hacer un safari como si estuviéramos en Kenia.
Está fue solo la primera parada de una gran ruta por Francia que nos llevó en la siguiente etapa al sur de Bretaña para hacer un safari como si estuviéramos en Kenia.
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