martes, 30 de junio de 2020

Pineta y Monte Perdido en autocaravana

Queríamos un lugar verde y con poca gente para nuestra primera escapada después del confinamiento y todas las fases en las que sólo pudimos viajar por Navarra. Así que como ya podíamos cambiar de comunidad, nos fuimos a disfrutar de los Pirineos en Huesca, un destino que nos encanta y del que aún nos queda mucho por conocer. Uno de los valles a los que más ganas teníamos de ir es el Valle de Pineta en el Valle Nacional de Ordesa. ¡Un paraíso!

Valle de Pineta y Monte Perdido
Remontando el río Cinca hasta las cascadas de Pineta

Salimos por la tarde de Pamplona con la intención de llegar a dormir al área de autocaravanas de Ainsa. Pensábamos que, como era domingo y el primer día que nos dejaban a la mayoría cambiar de región, no habría mucha gente; pero al llegar alucinamos. ¡Había más de 20 autocaravanas en el área! Está claro que teníamos todos mucho mono de viaje. 

Área de autocaravanas de Ainsa (Huesca)
Área de autocaravanas de Ainsa (Huesca)

El área está fenomenal, a los pies del castillo, aunque cuando subes con una autocaravana grande por la cuesta de acceso da un poco de cosa, al final de la carretera se abre una gran explanada para aparcar (con la hieba un poco alta, eso sí) En realidad la zona para autocaravanas es la última línea del parking, pero todo el mundo aparca por todas las líneas. Se pagan 3€ (2020) por 24 horas de parking. También tiene una completa zona de servicio que se paga aparte. El llenado de agua son otros 3€. 

Castillo de Ainsa (Huesca)
Castillo de Aínsa


Desde el área, pasando por dentro del castillo, se llega al casco antiguo de Aínsa, que está declarado como uno de los pueblos más bonitos de España y que bien merece una visita. Cada callejuela es una foto. Está muy bien cuidado todo y es un placer tomar algo en las terrazas de la plaza o comprar algún capricho gourmet en las tiendas que son muy coquetas. 

Plaza de Aínsa (Huesca)
Plaza de Aínsa

Al día siguiente bajamos a un aparcamiento en la parte nueva del pueblo en el que no se puede pernoctar, pero que viene bien para hacer la compra en un supermercado cercano y fuimos subiendo hacia nuestro destino para la siguiente semana: El Camping Pineta en Bielsa. Esta vez escogimos un camping para pasar estos días porque nos apetecía sacar mesas, sillas y disfrutar un poco del aire libre con tranquilidad después de tanto encierro. Además, en la zona del Parque Nacional se puede aparcar durante el día pero no pernoctar y las multas son elevadas. 



El camping está fenomenal, con todos los servicios, a orillas del río Cinca y desde el propio camping se pueden hacer unos senderos espectaculares. De hecho decidimos dejar allí la autocaravana y subir hasta la pradera de Pineta para ver las cascadas a pie, remontando el río. Fue un paseo maravilloso entre bosques y muy fácil de hacer con niños. A mitad de camino tenéis incluso un refugio para reponer fuerzas. 


Pasamos la semana recuperando la sensación de libertad y haciendo senderismo por el valle y el Parque Natural. Esta zona es quizá menos conocida que su vecino valle de Ordesa en Torla, donde ya habíamos estado anteriormente y os contamos en el blog; pero tiene muchísimo encanto porque está menos masificado y es más asequible para pequeños montañeros. 

De vuelta volvimos a parar en Aínsa porque habíamos dejado pendiente una tarea principal: comernos una pizza digna de Italia en una pequeña pizzería que hay en la plaza, La Tea ¡Buonissima! Un motivo más para volver a esta zona. 

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